Por segunda vez en la historia un presidente de Taiwán irá al Vaticano

lunes, 18 de marzo de 2013


El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, confirmó su asistencia a la unción deFranciscoEs la segunda vez en la historia que un mandatario de ese país asiste a una ceremonia en la Santa Sede. El anuncio generó fricciones con China. El sábadohabía confirmado su presencia en la asunción el Patriarca de Constantinopla y líder de la Iglesia Ortodoxa
Por segunda vez en la historia un presidente de Taiwán irá al Vaticano
El nombramiento de Jorge Bergoglio como nuevo papa sigue generando repercusiones a nivel internacional. Primero se conoció la histórica noticia de la confirmación de la presencia de Bartolomé, máximo líder de la Iglesia Ortodoxa y Patriarca de Constantinopla, en la ceremonia de asunción de Francisco.
Ahora, Taiwán confirmó que su presidente asistirá también, en lo que será la segunda vez en la historia en que un mandatario de ese país participe de una ceremonia en el Vaticano. La vez anterior fue en las exequias de Juan Pablo II, que contaron con la presencia del mandatario Chen Shui-bian.
El actual presidente taiwanés, Ma Ying-jeu, se encuentra desde las primeras horas de hoy en tierras italianas. Es una persona muy activa en favor de la libertad de la Iglesia Católica. El año pasado, se había puesto en marcha un acuerdo entre la isla y la Santa Sede para el reconocimiento mutuo de títulos académicos y para la educación católica en las escuelas.
Las relaciones entre China y el Vaticano se encuentran tensas hace un largo tiempo, ya que no sólo intenta forzar para que reconozcan a la Asociación Patriótica (una estructura de control de la Iglesia oficial, que busca una Iglesia independiente del papa), sino que además busca la aceptación de todos los obispos ilícitos (nombrados sin mandato papal) y niega conversaciones para la liberación de obispos y sacerdotes encarcelados.
Con la transición de poder de Hu Jintao a Xi Jinping, la diplomacia vaticana esperó algún gesto de ese gobierno, teniendo en cuenta que en los meses anteriores Xi prometió reformas políticas, el fin de los laojiaos (campos de trabajo forzado) y el respeto a la Constitución y a la ley. Desde ese momento, muchos católicos chinos esperaban que sus obispos y sacerdotes, todavía en prisión, fueran liberados.
La esperanza también había sido planteada por una carta abierta de 100 intelectuales que solicitaron al parlamento chino ratificar las convenciones de la ONU sobre las libertades civiles, ya firmadas por China en los 90 y nunca puestas en práctica. Entre ellos se encuentra la garantía de plena libertad religiosa, incluyendo la libertad de una comunidad de fe para designar a sus dirigentes. Pero la reunión parlamentaria, que terminó ayer, no planteó una cuestión concreta con respecto a cualquier reforma.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, hizo un llamado a Taiwán para que "tenga presente la situación global y actúe prudentemente en temas sensibles".
Este viaje del presidente taiwanés, el primero de un mandatario isleño a la asunción de un papa, desencadenó advertencias chinas para que el planeado viaje de Ma no traspase los límites impuestos por Pekín a las actividades internacionales de la isla.
Políticos y académicos coinciden en que esta visita de Ma pone a prueba la actual tregua en el pulso diplomático entre China y Taiwán, declarada unilateralmente por la isla en la toma de posesión de Ma, en mayo de 2008, y respetada por China hasta la fecha.
Según la vicecanciller Vanessa Shih, además de participar en la misa inaugural del papa Francisco, el presidente Ma realizará una serie de visitas religiosas durante su estancia en el Vaticano, como al personal diplomático de Taiwán acreditado ante la Santa Sede y los expatriados taiwaneses que viven en Italia.

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