Con el hambre de los chicos no se juega En la localidad bonaerense de San Miguel, 300 chicos estuvieron sin comida durante dos semanas por un trasfondo político. La coordinadora debió poner plata de su bolsillo para que el comedor siga activo.

domingo, 10 de mayo de 2015

Por Luciano Bugner

La sonrisa de un chico no entiende de política, no sabe de las maniobras que reflotan en épocas electorales. Por eso ellos sonríen. Su inocencia sigue estática porque desconocen el trasfondo político que sacudió a un comedor ubicado en San Miguel, al noroeste del conurbano bonaerense. “Pedile la comida a Scioli”, fue la respuesta que obtuvo María Rosa Díaz cuando se acercó al municipio para preguntar el por qué no les enviaron comida durante las últimas dos semanas. En tanto, para que el refugio siga activo, la coordinadora tuvo que poner plata de su bolsillo así no dejaba sin comer a 300 nenes del barrio.

Todo se desató el viernes 24 de abril, cuando María Rosa Díaz -quien inició el comedor San Francisco de Sales a comienzos de 2010- les dijo a las autoridades municipales de San Miguel que el senador provincial Alfonso Coll Areco se ofreció a brindarle ayuda para que el proyecto crezca.
La respuesta del municipio, encabezado por el intendente massista Joaquín de la Torre, no tardó en llegar: el lunes 27 la camioneta que enviaba el alimento nunca se estacionó en Azcuenaga al 4500. ¿El motivo? Coll Areco desembarcó al sciolismo el pasado mes. “Todos los lunes, desde hace más de cinco años, nos llega la comida para que nosotros la preparamos y así los chicos puedan cenar durante la semana. Pero eso dejó de pasar por cuestiones políticas”, le dijo a “Crónica” María Rosa.
Lamentable
Así, los 300 niños -pertenecientes a 70 familias del barrio Mitre- estuvieron en peligro de quedarse sin su comida. “Con el hambre de los chicos no se jode”, contó Díaz, quien de su propio bolsillo tuvo que sacar el dinero para comprar arroz, fideos, salsa, verduras y algo de carne.
“Yo lo pensé que tenía que cerrar, porque la municipalidad nos compra alimentos por $7.000 semanales, cifra que para nosotros es imposible. Pero con esfuerzo pudimos hacer aunque sea guisos baratos así el barrio come”, relató entre lágrimas.
La mujer explicó que el inicio del comedor se dio porque Alfonso Coll Areco -quien por aquel entonces era funcionario municipal- se reunió con las madres y por fuera del presupuesto de la municipalidad compró las cosas. Debido a eso, lo nombraron padrino.
En esa línea, hace un mes volvió a San Miguel el senador y le dijo a María Rosa que se comprometía a ayudar con una maestra particular para los chicos, que la ayudaría a formar una murga y que pondría una escuelita de fútbol. Ese fue el detonante para que Joaquín de la Torre frene con la colaboración.
De todas maneras, en el mediodía de ayer, la camioneta de la municipalidad volvió a frenar en Azcuenaga al 4500 y bajaron bolsas con alimentos para los pibes. “Me dijeron que tenían la camioneta rota, por eso dejaron con hambre a mis chicos”, cerró la mujer.
Por último, el esposo y el hijo de María Rosa Díaz fueron despedidos de la planta recicladora de la municipalidad porque, según los funcionarios, “la mujer se fue con Coll Areco”. Y en el medio de todo eso, hay 300 chicos que siguen con su sonrisa picara, pero que su estómago corrio peligro


Fuente: DIARIO CRÓNICA

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