El movimiento popular más importante de occidente NO marxista, enfrenta uno de sus más grandes desafíos históricos: reagruparse bajo una sola monolítica conducción y prepararse para ocupar su rol señalado por los tiempos. SIN confundir el soberano tronco doctrinario PERONISTA con las ocasionales ramas de “ismos” menores.
Hoy, el presidente de los AGENTINOS es Mauricio Macri y nuestra salud democrática exige apoyar todas las buenas iniciativas que se deseen implementar para el bienestar de la república. Una vez más, recordando al GENERAL: “Primero está la PATRIA, luego el movimiento, por último, los hombres”. Ser JUSTICIALISTA es esencialmente trabajar para el bien común, dentro de este efectivo hemisferio sagrado nos encontraremos pensando en el país.
Un dato insoslayable es que en la tierra de M. E. Vial flamante gobernadora, triunfó Scioli. Esto habla del asombroso poder de RECUPERACIÓN del PERONISMO.
A Mauricio Macri lo persiguen dos grandes funestos antecedentes históricos: los fantasmas de Raúl Alfonsín y de Fernando de la Rúa. Ambos dejaron el poder antes de tiempo. NO es deseable de manera alguna que esto suceda. Dependerá de la muñeca política de nuestro flamante presidente, y de la madurez cívica de una oposición un tanto impaciente.
Hoy nos encontramos con un peronismo fragmentado y confundido en su expresión representativa. Scioli, Massa y Macri poseen en sus filas militantes del movimiento de Juan PERÓN, claro que en distintas magnitudes y modalidades.
Dicen: “Dos gallos no pueden reinar en un mismo gallinero” ¿Pueden dos ISMOS coexistir en tiempo de crisis? Para el nuevo momento pensamos que el verbo del aglutinamiento debe ser el contundente PERONISMO a secas, respetando las distintas ramas de manifestación positivas, pero que hoy pueden ocasionar infinitos desencuentros.
No somos cándidos, el desafío es enorme, sabemos de la intensidad de las pasiones existentes dentro de nuestras filas, pero afrontamos ACUERDO Y POSITIVISMO o el abismo sin destino de las pujas internas.
Nosotros intentamos aportar nuestra buena voluntad para que el movimiento de la ABANDERADA DE LOS HUMILDES vuelva al lugar que le corresponde por sus luchas eternas en favor de los sumergidos.
Mientras muchos entregaban su apasionada labor militante, unos pocos contaban dinero sucio de la traición. Entre el fanatismo, los sensatos, mercaderes y leales se debatirá el futuro del JUSTICIALISMO, que inevitablemente repercutirá en la cotidiana vida nacional.
Maximo Luppino
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