La conciencia humana va por delante de las leyes. Cuando la divina mano de la evolución, cual un mágico benigno alfarero cósmico, moldeó las ideas del ALMA, la humanidad comenzó a “comprender” lo horrendo y despreciable de la esclavitud. Entonces comenzaron los movimientos de los más despiertos para sembrar la TOMA DE CONCIENCIA para superar esta página negra de la humanidad y poder ser trascendida. Así nacieron la LEYES que prohibieron lo que hoy es por todos repudiado, la esclavitud.
Hace pocos días en la legislatura bonaerense se aprobó el fin de las reelecciones reiteradas sin límite alguno. Es decir, desde la entrada en vigencia de la nueva ley cada funcionario elegido por el sufragio popular podrá tener una sola reelección consecutiva. Luego está forzado a NO presentarse en ese cargo al menos por un lapso de 4 años.
Además, se limita la acumulación de cargos. Es decir, si un intendente desea ser ministro, no podrá “tomar licencia”. Deberá renunciar a su cargo anterior para poder ejercer plenamente su nueva actividad por él mismo elegida. De esta manera “libera” un espacio que ya de hecho no ejerce por estar cumpliendo otra función. Muy buena medida que libera de “la sombra tutora” al nuevo funcionario que suple al que toma licencia, es decir permite INDEPENDENCIA real en el ejercicio del poder.
El caso que colocamos como ejemplo no fue fortuito, más bien es deliberado, ya que es lo que sucede en nuestro querido distrito de San Miguel. Joaquín De la Torre (noble apellido, si los hay) luego de ser elegido intendente por las fuerzas políticas de Sergio Massa, jura como ministro del Pro-Cambiemos de M.E. Vidal, tomando licencia como intendente en San Miguel.
Hoy, interinamente, el intendente es Jaime Méndez quien fuera el Primer Concejal de Joaquín. ¡Que sano sería para la democracia de nuestro distrito que Jaime Méndez ejerza su intendencia como TITULAR! Ya sea por la renuncia de Joaquín al cargo que de hecho DEJÓ, y pueda asumir como intendente si el pueblo de nuestra comuna lo elige directamente por popular sufragio. Compitiendo limpiamente con otros vecinos que puedan aspirar a dirigir los destinos de San Miguel, sin abandonar el cargo con que el pueblo distinguió al intendente.
Es decir, Joaquín debería renunciar al cargo que en términos prácticos NO ejerce, al de intendente, y colocar su fuerza en ser el ministro que soñó ser, plagando de renovada y pujante producción las planicies bonaerenses, hasta que las fabricas invadan las verdes llanuras. Es lo que dictamina la nueva ley, que aún no está en vigencia pero que ya se votó en la legislatura. Ley motorizada en primera y fundamental instancia por el Frente Renovador de S. Massa al cual Joaquín De la Torre perteneció pregonando no más de dos intendencias consecutivas, mientras se presentaba a su tercer mandato. Más aún, al tercer mandato que parece aferrarse tenazmente mientras es ministro de la provincia de Buenos Aires. “El que mucho abarca…”
Es legal lo que sucede en nuestra comuna, pero éticamente es profundamente cuestionable. La “cosas” turbias y poco claras traen inconvenientes en el inevitable transcurrir del travieso tiempo.
La mejor salida para abrazar el tan amado “Orden Natural” de la añorada “comunidad Organizada” son las democráticas elecciones populares. El soberano, el pueblo, elige a quien lo gobierna. Al que eligió hace poco (Joaquín) YA NO ESTA. Subió al ascensor del glamoroso poder de un importante ministerio. En intendente que está gobernando, lo hace interinamente, y si bien nada malo tenemos que decir del señor Jaime Méndez hasta el día de la fecha, que bueno sería que fuera INTENDENTE bien elegido por su pueblo, si es que así lo determina el voto popular.
Lo demás huele a transición digitada, a monarquía absolutista hereditaria, que desde una alta “Torre” de poder nos impone sus decisiones a nosotros sus humildes lacayos.
¡Señores, los plebeyos también tenemos derechos!
Sin miedo al pueblo de San Miguel, elecciones libres en nuestra comuna es lo que dicta el sentido común.
Máximo Luppino
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