Los maravillosos y abultados bolsillos de magos, de los cuales “todo” puede materializarse, son los que tendríamos que poseer para llegar dignamente a cubrir las deudas del mes.
Tarifazos desmedidos de luz, gas y agua, alimentos de costos exorbitantes, combustibles muy caros, peajes para clases acomodadas conforman un cóctel económico difícil de digerir.
Un índice de desempleo que está por las nubes azota a la economía paralela que ya no sabe a qué recurrir para poder llenar la olla familiar de los necesarios alimentos básicos.
En 15 meses del gobierno de “Cambiemos” casi todo fue para peor: la clase trabajadora y la clase media se vieron hostigadas por el látigo de la indiferencia de los amarillos devotos. No hay dinero en los bolsillos de los empleados y de la gente humilde de la Nación.
Las promesas de Mauricio se diluyeron en las arenas crueles de la realidad. La credibilidad de Macri está por el suelo, pisoteada como las hojas secas caídas de los árboles luego de una fría noche otoñal.
La tan mentada: “Pobreza 0” asoma como una broma lacerante, tal como una burla a los centenares de miles de despedidos y desocupados de nuestro país. Jamás tanta hipocresía se apreció en gobierno de origen democrático alguno en nuestra patria.
“Cambiemos”, una administración que vino a hacer mucho más ricos a los millonarios, y parecería que a costa de sumergir en la extrema pobreza a los necesitados. Continúan enterrando a la población en el lodo de la incertidumbre y la desolación social.
Las plegarias surcan los cielos, la FE se deposita muy lejos de la casa Rosada. Las esperanzas miran ya a otros candidatos, una desolación mortuoria impera en la gente con respecto a este gobierno de gerentes de multinacionales.
Quisiéramos que cada laburante pueda poseer “bolsillos de mago” para que cuando sus hijos necesiten alimento, útiles escolares o hermosos juguetes puedan comprárselos con alegría y orgullo.
Por ahora, un médano de deseos dorados se acumula en la mente grupal de los pobladores. El próximo gobierno debe ser equitativo y justo, solidario y humanista. Que piense en los pobres y en la clase media, que socorra a los que sufren.
¡Visto está que este rol patriótico NO quiere, o NO puede cumplirlo “Cambiemos”!
Máximo Luppino
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