En los tiempos difíciles se busca inspiración, ejemplo y fuerza. Los hombres se refugian en la gloria de sus próceres y héroes. Los patriotas son personas dotadas de un gran desinterés personal, con un alto sentido del BIEN COMÚN, con la firme resolución de que la PATRIA es infinitamente más importante que el burdo oropel materialista y que la egoísta sedentaria personal comodidad.
Hoy, en argentina tenemos un gobierno que busca congraciarse con servil desmesura con las potencias internacionales. Son bienvenidas las relaciones comerciales y culturales con todos los países del mundo, pero no aceptamos las imposiciones de las usureras finanzas extranjeras. Mucho menos el entreguismo de nuestras nacionales banderas de argentinidad y soberanía.
Cada vez que Donald Trump “felicita” a Mauricio Macri nos da la pauta de que estamos transitando el camino equivocado. Es que Trump es el que desprecia a los mexicanos y al mundo latino en general, el mentor de muros en vez de puentes entre los hombres como bien lo sugiere nuestro Papa FRANCISCO. A DIOS gracias tenemos al Santo Padre FRANCISCO como guía incuestionable de los valores cristianos y humanistas. El mundo así lo reconoce.
El gobierno de Cambiemos se endeudó con el exterior por miles de millones de dólares. Ningún centavo de ese dinero se reflejó en salarios ni creación de empleo para nuestro pueblo hasta ahora. Claro, Trump felicita a los que no solucionan la hambruna argentina.
Pero no deseamos cargar tintas en el oficialismo nacional. También la oposición parece estar más ocupada en los cargos políticos que en la misión de ayudar a la Nación. Existe un canibalismo voraz que consume las esperanzas de la gente en la dirigencia política, esto es por demás triste. Se piensa votar “lo menos malo”, que tétrica consigna para una Nación.
Juan Manuel De Rosas, un patriota portador de una mística constructiva, organizó de hecho a nuestra Nación. Los ideales federales daban importancia a las provincias y al interior del país golpeando el centralismo comercial de una clase portuaria unitaria que sólo buscaba ganar dinero comerciando.
La Confederación Argentina fue una organización que cuidó los intereses de la patria en general respetando las necesidades de las provincias. Enfrentó con valentía patriótica la insolencia franco-inglesa de querer someternos. Basta recordar La Vuelta de Obligado para dimensionar la gigantesca talla moral de aquellos hombres de HONOR y DIGNIDAD sin parangón.
Hoy los políticos actúan temerosos y subordinados a “la imagen pública”, a la conveniencia circunstancial. Son reflejos autómatas de lo que dictan las encuestas. Más que lideres parecen marionetas del “cuarto poder”. Rastreros conformistas que sonríen a las cámaras de televisión mientras la gente pasa HAMBRE.
Con devoción latinoamericana soñamos con ver a Los Colorados del Monte galopar con bravura por nuestras pampas. La patria necesita individuos de gigantesca voluntad prontos a romper moldes prefabricados de un capitalismo internacional que se cae a pedazos.
Claro que nuestra línea histórica política cultural es SAN MARTIN-ROSAS-PERÓN como el gran triángulo patriótico de soberanía y libertad con un pueblo feliz. Dentro de este bastión de prohombres sumamos al gran Manuel Belgrano, Martín de Güemes y tantos otros héroes, sin olvidar a los más recientes gigantes de la guerra de MALVINAS.
Es atroz que se expulsaran de la moneda de papel argentina la figura de nuestros próceres, es pretender olvidar a nuestros faros morales, transitar la ausencia de identidad, pretender la desnacionalización de la patria.
Debe volver a figurar orgullosa y altiva la imagen de SAN MARTÍN en nuestro papel moneda, como la de MANUEL BELGRANO y Juan Manuel de ROSAS, gracias a ellos tenemos patria.
Evocando al Brigadier General Juan Manuel de Rosas golpeamos al conformismo reinante, al entreguismo lacayo de muchos para con los poderosos. El Restaurador de las Leyes debe estar vivo y presente en nuestro corazón, con esa rebeldía nacional que le permitió no bajar jamás la mirada ante prepotencia extranjera por más poderosa flota que trajeran a nuestras playas. Como vinieron se fueron. Nuestra bandera continuó ondeando libre en el mástil inmaculado de nuestros mártires. Nos referimos a los gauchos y paisanos de la Vuelta de Obligado, murieron por un ideal, no para ser traicionados por propios argentinos.
Juan Manuel está orgulloso de nuestros héroes de Malvinas. Un hilo conductor dorado de valentía sujeta a Obligado con Malvinas.
¡Los pusilánimes “gobiernan”, el pueblo espera!
En honor a los mentores de la patria: “¡Viva La Santa Confederación Argentina!”
Máximo Luppino
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