MANDATO INCUMPLIDO

martes, 13 de febrero de 2018


“Los hermanos sean unidos
Porque esa es la ley primera
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea
Porque si entre ellos se pelean
Los devoran los de afuera.”

La célebre sentencia del Martín Fierro continúa teniendo una dramática vigencia. Las antinomias antes, la “grieta” ahora, parece que siempre encontramos motivos para enfrentarnos fronteras adentro. Este mandato incumplido es el principio de TODOS nuestros males. El general Juan Domingo Perón, tres veces presidente de la Nación, lo dijo de una forma directa y frontal: “Para un ARGENTINO no debe haber nada mejor que otro ARGENTINO”

La cultura es liberadora, transforma a los hombres en gigantes de bondad y solidaridad. Estos hombres a su vez impulsan a los pueblos hacia un progreso genuino. 
La cultura genera fidelidad a una serie definida de PENSAMIENTOS VIVOS, los cuales iluminan nuestros días, nos regalan un loable propósito por el cual luchar.
Durante la segunda guerra mundial, Japón sufrió las dramáticas consecuencias de la detonación de dos bombas nucleares en su territorio, en Nagasaki e Hiroshima. Estas arrojaron 246.000 muertos y posteriores sufrimientos y deformaciones en generaciones posteriores. Pero el Imperio del Sol Naciente supo superar estas monstruosas consecuencias. Hoy la Nación nipona está reinando entre los 10 países más poderosos y adelantados del planeta.  Fue la cultura Samurái de guerreros temibles la cusa del resurgimiento japonés. Siempre la mente nos da gloria o penas, según los pensamientos que deseamos almacenar en ella. 
Nuestra ARGENTINIDAD se nutre del estoico espíritu sanmartiniano, ese gran capitán que liberó a tres países del entonces imperialista yugo español.  Tenemos presente la humildad y grandeza del creador de nuestra bandera Don Manuel Belgrano, quien, pobre, por amor al servicio de nuestra Nación, partió feliz a la morada del Padre. 
Juan Manuel de Rosas, de inquebrantable voluntad, enfrentó a franceses e ingleses al mismo tiempo. Jamás bajó del mástil de la dignidad a nuestra bandera. La Santa Confederación Argentina fue un interminable bastión de valientes.  Basta recordar la tenacidad de la Vuelta de Obligado. 
Podríamos seguir dando ejemplos, pero no sin antes dedicarles un más emocionado renglón a nuestros héroes de MALVINAS. Fueron a pelear contra la OTAN, armados con puro criollo orgullo. ¿Cómo algunos hermanos quieren ser como Australia Luego de sentir tan profundamente la bravura de nuestros guerreros?
¡No queremos ser Australia, ni ningún otro país; somos ARGENTINOS, hijos de la gauchesca gloria de los moradores de infinitas verdes pampas!
Así como “Un árbol no crece a la sombra de otro árbol” una Nación debe encontrar su propio rol a cumplir para beneficio de la humanidad toda. 
Hay que rendir culto a la claridad de propósito y sentir en el corazón el latir insondable de nuestra propia identidad. 
Una persona, una Nación no puede ser feliz viviendo de “glorias” ajenas, de historias prestadas, de versos impropios a los de sus abuelos. Somos los que jamás se rinden a la extranjera prepotencia, ni más ni menos.
Claro que tenemos asignaturas pendientes en cuanto al respeto por los criterios distintos de nuestros semejantes. Con dolor vemos cómo cuesta el respeto para quienes poseen ideas diferentes.
Debemos asumir plenamente la maravillosa idea del líder inmortal que para “UN ARGENTINO NO DEBE HABER NADA MEJOR QUE OTRO ARGENTINO”
La cultura de la UNIDAD debe trascender la malicia de algunos y el fanatismo ciego de otros así ARGENTINA cumplirá el rol para el cual DIOS nos creó. 
Cultura es conciencia activa en acción para generar el bien común, fiel a nuestras tradiciones de respeto y paz, sin dejarnos avasallar por nadie. 
Para los que aman a Australia, que se compren un canguro o que se disfracen de marsupiales. En nuestras tierras reinan los cimarrones de fuerte galope con sus crines al viento. 
Tierra adentro, en provincias, pueblos y parajes, no hay dudas de quiénes somos. El travestismo cultural es un fenómeno porteño, hijo del salvaje criterio unitario mercantilista que supo dar las espaldas a la Argentina profunda. 
¡LAS MALVINAS SON ARGENTINAS! ¡Honor y gloria a nuestros héroes, incluyendo a los 44 hermanos marinos del ARA SAN JUAN!

               Máximo Luppino

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