En el duro y frío imperio del más compacto cemento, vemos como surge amorosa e indómita una brizna de verde vegetal. El corazón heroico del árbol supera con sus ganas de nacer al férreo hormigón.
En el máximo frío antártico, la vida está presente en múltiples y variadas formas, como sucede en los áridos desiertos del planeta. La vida no cesa de manifestarse en busca del calor del sol y la luz del AMOR de la irremplazable experiencia de existir.
La humanidad continúa su derrotero triunfal hacia la conciencia divina. Hoy vivimos porque nuestras madres nos quisieron ver nacer. Permite, mamá, que tu hijo sea feliz viendo y acariciando tu rostro lleno de gratitud y cariño.
Tu hijo es tu propia vida proyectada en el tiempo. Supera la muerte, apostando a la vida siempre.
La mutilación de una esperanza no es solución de ningún problema. La interrupción de la vida es negar el sol de la felicidad, es considerar la muerte como una “salida”.
Permite NACER la vida en vos, es la súplica de las estrellas sobre el infinito manto de verdad del cielo azul.
¡La VIDA triunfa sobre la muerte!
Máximo Luppino
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