NAVIDAD, EMBLEMA DE AMOR

martes, 18 de diciembre de 2018


El niño DIOS nace nuevamente entre los hombres en sublime celestial promesa de redimir a la humanidad toda. En un humilde establo en Belén, la estrella de la salvación brilló para regocijo de la creación. 

El espíritu navideño es la fuerza espiritual beneficiosa tangible en el corazón de las personas, es la FE que supera las angustias de los que sufren indecibles penas. Siempre la FE es más poderosa que cualquier mal reinante. 
La Navidad es un tiempo de esperanzas renovadas, a pesar de los despidos, de la desocupación, de la mesa casi vacía que sólo la llena el amor familiar. Más allá de los millones de nuevos pobres, más allá incluso de las falsas promesas de propios y extraños del mundo político, trascendiendo la cruel oscura ironía del “hambre 0”, ¡Feliz Navidad para todos! Los que piensan similar a nosotros y para los que están en las antípodas de nuestros criterios, ¡Muy feliz Navidad! 
La política en gran medida perdió su razón de ser, esto es, la vocación de servicio al prójimo y a la patria. Sin ideales fraternales la acción política se transforma en un de las más ruines actividades. 
Sólo el perdón que se origina en la comprensión profunda y en el infinito AMOR de DIOS hacia los hombres nos dará la tan buscada PAZ que anhelamos. Perdonando es como nos perdonamos a nosotros mismos. Es el sendero dorado de la redención infinita del ALMA DIVINA. 
Generemos en nuestra mente un gran enorme abrazo celestial para los amigos y además para los que no lo son, incluso para aquellos con los que estamos en controversias y disputas. Sólo así honramos el insondable sacrificio que el hijo de DIOS nos brinda con cálida cercanía constante. 
La oración comprometida en favor de los que padecen le dará sentido humanista a nuestra existencia. Es dando con generosidad cuando nos liberamos de las duras y pesadas cadenas del egoísmo.
Realizamos votos para en esta Navidad los dirigentes de nuestra Argentina, tanto oficialistas como opositores, piensen de verdad en la gente, en los sumergidos por la falta de oportunidades laborales, en los que luchan y aún no se imponen a las dificultades.  Un deseo especial de mucha fuerza queremos direccionar hacia aquellos que se cansaron de luchar. La persistencia en el BIEN Común es un camino cierto para edificar días de concreta armonía. 
¡Feliz Navidad... DIOS renace como AMOR supremo!

            Máximo Luppino 

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