CUESTIÓN DE IDENTIDAD

domingo, 17 de marzo de 2019


Una rama desagradecida con el árbol que le dio vida está destinada a secarse prematuramente sin dejar semillas de continuidad en los surcos maravillosos de la historia.  El árbol fuerte y lozano es el Movimiento del General Juan Domingo Perón, la rama ni es digna de ser nombrada. 


Los sentimientos son el motor de la acción. Desde siempre pertenecimos al Movimiento Nacional Peronista. Comulgamos con su doctrina de justicia social, con sus valores humanistas y cristianos. Valoramos el estar dispuestos y solidarios con los que más necesitan. Sentimos orgullo de ese P.J que dibujó sonrisas en la vida de los trabajadores y los humildes.
Desde esos sentimientos de pertenencia e identidad nos preguntamos: ¿Por qué Unión Ciudadana? ¿Por qué dejar esas siglas del PJ, esa bandera cargada de sacrificio de tantos militantes? Nuestra identidad nos reclama seguir adelante siempre con nuestro escudo en alto, con aquellos símbolos y liturgias propias de nuestra cultura. 
Lo que no pudieron las balas de las dictaduras lo intentan lograr ciertos dirigentes que parecen insolentes desagradecidos. Si cambiamos de nombre damos un golpe artero a nuestra identidad, sentir y pertenencia. Lo que guardamos en el corazón nos moviliza, nos marca el rumbo. Detrás de lo que anhelamos sentidamente construimos un andamiaje intelectual de razones que fundamentan y justifican nuestro accionar. El pensamiento anclado en profundas emociones es un arquitecto poderoso de logros concretos. Claro, la conciencia monitorea nuestras tendencias y con la más valiosa herramienta que el hombre dispone, su voluntad, está modela nuestra conducta sugiriendo el derrotero hacia la luz de lo correcto y conveniente. 
Como todos sabemos, el Movimiento Nacional Peronista encierra un fundamento doctrinario concreto y sutil a la vez, se detiene en la fraternidad para con los humildes de la patria sin olvidar la trascendencia del hombre como SER espiritual. Nuestros valores nacionales de pura argentinidad nos guían a priorizar los intereses nacionales. Comerciando con todo el mundo sin depender de potencia alguna para nuestro desarrollo, colocando al hombre como destinatario de todo el esfuerzo del estado para que reine la equidad. 
No deseamos molestar ni ofender a ningún militante en particular, solamente deseamos manifestar nuestros sentimientos de justicialistas que sabemos que nuestro movimiento posee los pergaminos suficientes como para lidera un frente electoral que vele por el bien común. 
El Peronismo no puede ser “furgón de cola” de un alocado experimento electoral. Una Nación sin identidad propia es un barco sin timón en el océano tempestuoso de los intereses internacionales.
Nuestra identidad peronista reclama el protagonismo que históricamente le corresponde. 
No pertenecemos a Unión Ciudadana (UC). Por convicción, doctrina y sentido de pertenencia e identidad filosófica queremos ser llamados PERONISTAS. Somos parte de ese frondoso árbol de ricos frutos culturales que junto con otros habitantes de este sagrado suelo deseamos una Argentina poderosa y desarrollada con un pueblo feliz.  
Nuestra marcha “los muchachos Peronistas” se alimentó del corazón de EVA PERÓN, de su obra en favor de los grasitas y descamisados. ¿EVA desearía dejar de SER peronista para ensayar una desconcertante mutación? Todos sabemos que Evita no cambiaría su identidad de forma alguna. 
Sorteemos la trampa de la grieta construida por los especuladores y fanáticos, pensemos en la Nación, reflexionemos con límpida razón. Cuestión de identidad es saber reconocer de dónde venimos. Honrar nuestras raíces, amar la tierra que nos vio nacer, valorar el sudor esperanzado de nuestros padres y abuelos, la familia como usina de virtud y cultura. Creencias, folclore, tango y rock nacional, la Iglesia los domingos, la FE en DIOS y el mate con tortas los días de lluvia. El valor de nuestras Malvinas que sabemos que son por siempre argentinas. Y claro ese reverencial afecto al General y a EVA como parte viva de la familia de nuestra Nación. 
Lo que el ALMA ama el corazón venera y el intelecto sigue. 
¡Siempre peronistas, cuestión de identidad! 

            Máximo Luppino

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