¡Cuando Cristina Fernández toma el micrófono es como si se prendiera una poderosa topadora rumbo a la devastación de edificios obsoletos!
Primero Matías Kulfas, luego el “intocable” Martín Guzmán ¿se detendrá la “furia justiciera” de la vice? ¿O será que la “picadora de carne” continuará triturando ministros?
Otro mensaje de la vice y los funcionarios transpiran nerviosamente.
La flamante ministra de economía, Silvina Batakis, de quien nadie duda de su probada capacidad como funcionaria, se ve asediada por los desestabilizadores de siempre, personas que sólo saben de ganar dinero a costa del hambre del pueblo argentino. Evasores crónicos en su mayoría, individuos que sueñan con un dólar trepado por sobre las nubes, cultores de la especulación, mercaderes de los sueños de familia de los empleados de la Nación.
Los antidemocráticos golpistas toman el nombre de guerra de “los mercados”, pero todos sabemos de quiénes se trata. Son los mismos que se creen con la libertad de cuartear los derechos de los trabajadores y quieren someter a los humildes al flagelo del hambre.
Batakis tiene el respaldo de los gobernadores de la República, también el peronismo en general ve con esperanza a la nueva ministra y por sobre todo goza con el apoyo de la dupla presidente y vice y ven en Silvina la solución al flagelo monstruoso de la inflación que hace peligrar el futuro electoral del Frente de Todos.
Batakis encarna una oportunidad que no podemos darnos el lujo de desperdiciar.
Los mensajes públicos de Cristina poseen en sí mismos un profundo contenido humanista de justicia social y sin lugar a dudas sacude a oficialistas y opositores por igual. Es más que la palabra de la vicepresidente quien ocupara en dos oportunidades la primera magistratura nacional, es el pensamiento de una líder auténtica y como tal la comunicación con el amplio sector que la sigue es instantáneo e íntimo en un sentido de acción empática profunda.
Habla Cristina y hay corazones que se confortan, sienten expectativas y el ánimo social de un vasto sector político-social se potencia. Es que más que palabras se trasmiten sentimientos insondables. Esto sucede cuando se encuentra detrás del micrófono una líder carismática.
Alberto Fernández está exhibiendo una templanza y equilibrio singular en momentos en los que se trata de minimizar su importante obra en favor del país.
La misión impostergable del equipo económico que capitanea Batakis es vital para brindar calma a una sociedad que padece necesidades económicas muy duras y que es bombardeada impiadosamente por algunos medios de difusión tratando de sembrar caos y violencia.
Mucho está en juego en este presente abrumado por las despiadadas pujas políticas. No nos referimos a sectores en especial, estamos haciendo referencia al destino de la República misma. Debe la solidaridad espiritual imponerse al egoísmo egocéntrico de las personalidades obtusas. El nosotros es superior al yo.
Pronto hablará nuevamente Cristina. Están los que aguardan con fe, otros con un cuchillo entre dientes, muy pocos serán indiferentes. Cuando las palabras encierran la convicción del pensamiento enfocado es una fuerza muy poderosa. Pero tanto unos como otros deben reflotar la necesidad del sentimiento de hermandad entre los argentinos. Suena a infantil quimera cuando en verdad es una fórmula ineludible si queremos avanzar como Nación libre y soberana.
Un país es una historia viva que se encuentra presente hoy, y lo que hacemos en el presente resonará en hechos concretos en el mañana próximo. Si querés cuidar tu destino, observá minuciosamente tus pensamientos ya que con ellos estás edificando tu futuro.
Habla Cristina y el aire se carga de política, pero todos debemos recordar más allá de antipatías y favoritismo que: ¡Argentina es nuestro hogar!
Máximo Luppino
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