Hemos leído asombrados la nota de
Alfredo Sayus en el Diario La Hoja titulada “Las voces que no escuche”, en la
cual pide disculpas a ciertos sectores por no haberlos incluidos en su primera
nota del año. Lo más curioso de su
redacción fue su sinceridad a la hora de explicar en lo que se basó para
hacerles ciertas críticas a la administración municipal. En la misma confiesa
que la nota la escribió a kilómetros de Buenos Aires, sin internet y con solo
la computadora y basada ante un solo llamada por teléfono, o sea con elementos casi
ínfimos genero una contratapa en las que se encargaba de “disparar” hacia todos
lados. Agradecemos la sinceridad del periodista de confesar sus endebles
fundamentos a la hora de escribir. Como dice el viejo refrán “a confesión de
partes, relevo de pruebas”.
No solo hemos descubierto “que la
sinceridad a veces mata” para Sayus, sino que nos enteramos que sus
inclinaciones ideológicas parecen haber virado diametralmente hacia la derecha,
ya que a distancia prefiere creerle a la funcionaria del PRO en Vicente Lopez,
Susana Salto, que ha el Director de Derechos Humanos de San Miguel, Boris
Casanova, que junto a Ramon Galeano han demostrado idoneidad política y
honestidad intelectual en sus carreras políticas. No solo eso, sino que su
lealtad de De La Torre y su compromiso con el administración municipal son
hechos mas que destacables que Sayus prefiere obviar.
Si tenemos que destacar la actitud
de De La Torre que ante la crítica del hombre de la Hoja, decidió no responder,
cuestión que le era totalmente razonable, pero como hombre de la democracia que
es, responde con la madurez necesaria que las instituciones necesitan,
mostrando que la libre expresión es una herramienta fundamental del estado de
derecho. De esta manera Joaquín De La Torre nos da muestra de su seriedad para
manejarse y de cómo se debe comportar un dirigente político, que tiene la proyección
que tiene el Jefe Comunal.
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