Máximo Luppino: Don Julio

sábado, 2 de agosto de 2014


El fallecimiento de Julio Grondona, con sus 82 años a cuestas, reflejó uno de los "males" crónicos de nuestra sociedad: Tomar partido y descalificar al que piensa y siente distinto. Estamos de acuerdo con que cada persona posea su propio criterio y lo exprese si así lo desea. El inconveniente se produce cuando el pensamiento lleva una carga adicional de descalificación hacia un criterio opuesto.

Vimos con dolor que a apenas instantes de la noticia del deceso del presidente de la AFA, se desató una avalancha de duras encontradas opiniones, y el dolor de la muerte de un hombre quedó de lado, olvidado y menospreciado por el veneno del fanatismo y la absurda politización de todo cuanto existe.  

Una vez más, la máxima de: "Los hermanos sean unidos..." repiqueteó como una imperiosa necesidad en la mente colectiva de la Nación. 

En cuanto a nuestro propio sentir nos apenó mucho la partida de Grondona, el hombre que dirigió el deporte más popular de Argentina por más de tres décadas. El hombre que supo sobrevivir a 13 presidentes, el que sin hablar otro idioma que el de su pueblo se hizo entender en el mundo. El idioma inglés le era tan ajeno como la propia cultura sajona, su verbo era el del potrero criollo, rebelde y propio como sus modismos indómitos.

Llevó al futbol argentino a insertarse en las más encumbradas organizaciones deportivas del mundo, nuestro vicepresidente de la FIFA manejaba ciertos hilos de interrelaciones que generaron por parte del mundo una nueva mirada al sur.

Don JULIO fue un producto de una sociedad difícil, en la que el pusilánime crónico se cree con derecho a ensuciarlo todo, sólo para esconder su propia frustración mediocre y resentimiento.

Julio Grondona jugó su partido sin ir a los penales, ganó por goleada, trabajó incasablemente para ser el líder que era y ES. Claro, desde el living cómodo de la indolencia los anónimos de la vida le "exigían" más y más...

Cuántas historias con ÉL partieron, cuántos secretos con él se silenciaron para siempre.

Se fue un hombre que vivió sabiendo que "TODO PASA", ¿pero es así? ¿TODO PASA? ¿O el hálito de vida eterna que nos contiene nos otorga una visa de inmortalidad que nos cuesta reconocer?

En el fútbol, nada será igual. Partió el varón de la AFA, el que se recostaba en su amplio sillón para adelantarse a los tiempos y sobrevivir.

¡ADIOS DON JULIO¡... Muchos de los que te critican, en verdad te admiran.

¡Hasta siempre, DON JULIO¡...

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