Generando desidia

sábado, 13 de septiembre de 2014


Una innovadora reforma educativa en la provincia de Buenos Aires donde los cambios son de palabras y no de conceptos formativos. Una revolución ausente de compromiso con el niño y el joven.  Un burdo maquillaje que parece desear empolvar y perfumar el carcinoma social del abandono de compromiso ético y la desidia en la que la educación está sumergida.

Maestros mal pagos, escuelas asediadas por la delincuencia,  desvalorización social del rol de los docentes son algunos de los problemas inmediatos que sufrimos. Luego SÍ, deberíamos hablar de un plan de educación integral para TODA LA REPÚBLICA con el agregado de los contenidos propios de cada provincia o zona geográfica. Pero mucho antes de todo esto deberíamos comprender que la acción docente es una de las actividades más sublimes que un individuo puede abrazar.
Ser maestro es tomar un compromiso eterno con el conocimiento y el saber, un compromiso de abrazar la VERDAD junto al semejante. Concebir que no existen destinos separados. Hay un solo destino que indefectiblemente es GRUPAL, es de la humanidad toda.  Poseer conciencia que “enseñando es como aprendemos”  y que entre el profesor y el alumno se genera un vínculo indisoluble que desafía las arenas del tiempo.

Pretender dejar de llamar Boletín al documento de comunicación de evaluación, para llamarlo “libreta de seguimiento” o como se la quiera llamar, suena a “tomada de pelo”. Da la impresión de que alguien se burla de los problemas serios de la comunidad.
Pretender “no agredir” a un alumno por un supuesto aplazo en una sociedad  en la que el niño es testigo impotente de robos, atropellos y homicidios presentes en todos los noticieros como reflejo de lo que sucede a diario, es un cachetazo indigno al sentido común de los argentinos.
Hoy la droga está presente en los barrios y ciudades como un monstruo al asecho, y la lucha del BIEN contra el MAL se disputa en el mundo de los estupefacientes. La escuela con sus educadores a la cabeza está dando una lucha heroica y desigual contra este flagelo que amenaza la libertad del ALMA HUMANA.
Queremos una escuela donde se forjen valores de compromiso y trabajo constante, un colegio donde valoremos la identidad de nuestros semejantes, donde la compasión por el sufrimiento ajeno sea un sentimiento auténtico y redentor. 

A los gobernantes le pedimos: BASTA de generar desidia. Hay que generar compromiso amoroso y solidario con premios y sanciones como reflejo de las leyes de la existencia.
En una comunidad que se acostumbró a la presencia de los narcos, está quien piensa que es “violento” colocar una amonestación a un joven por un error de conducta, mientras escucha el detonar de 9mm en sendos tiroteos a la vuelta de la esquina.
¿En qué mundo viven ciertos gobernantes?   
  Por último, coincidimos con esta máxima:

“La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran Nación.”
                                                                  Nelson Mandela

Por Máximo Luppino

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