EL INFAME MURO

lunes, 10 de noviembre de 2014



El 9 de noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín. El perverso Muro fue derribado por la conciencia de unidad y libertad del pueblo alemán. Sin duda, la conciencia es la fuente de energía más poderosa que podamos conocer, es el saber inspirador, concreto y definido. 
La evolución de los pueblos marca una marcha firme hacia la conquista de una completa libertad. Todo aquello que pretenda limitar, dividir y oprimir a la gente está destinado inexorablemente a perecer. Los muros más sólidos, custodiados por soldados con armas letales, se derrumban por los sueños límpidos de inocentes niños. 


El mundo evocó jubiloso los 25 años del desplome del insolente Muro que pretendía mutilar el espíritu de una Nación. Los muros difíciles de demoler son aquellos construidos por ideas maliciosas, originadas en el autoritarismo, la discriminación y el fundamentalismo ideológico. Estos infames murallones que buscan mutilar el criterio diferente al de los “poderes predominantes” también están sentenciados a caer y ser pisoteados por el PENSAMIENTO LIBRE.


Derribemos en el seno de nuestras ideas todo vestigio de elitismo y separación de nuestro prójimo. Además, analicemos las ofertas políticas que aparecen delante de nosotros; optemos por aquellas que nos permitan vivir en pleno derecho, con las que la independencia de poderes sea una realidad incuestionable. 


En Alemania, la consigna en el día de la celebración de la caída del Muro fue “EL VALOR DE LA LIBERTAD”. Que esta máxima sea también nuestro lema a seguir. El muro infame es el que pretende limitar nuestro derecho a pensar distinto. 


Recordemos fortalecer los derechos de libertad y soberanía.


La cultura ARGENTINA está consustanciada con el divino libre albedrío. 







Por: Maximo Luppino

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