La muerte del fiscal
Nisman no mereció de parte de la presidente de la república una sola mención en
sus abundantes cadenas nacionales. Mucho menos un PÉSAME brindado a la familia
sufriente del fiscal fallecido, ni un solo día de duelo patrio se decretó. Más
aun, casi se llamó a un baile en el marco de una alegría politizada por el
gobierno nacional cuando todavía gran parte de la sociedad permanece
sorprendida por el violento deceso del fiscal.
Bailar sobre la tumba
de un caído es agraviante para con los deudos y desconsiderado para con la
sociedad toda.
Por el bien de la
Nación soñamos que la presidente hubiera mostrado compasión por los deudos del
fiscal. Nos encantaría ver a Cristina sumada a la marcha del #18F en memoria de
Alberto Nisman. Después de todo, la marcha del SILENCIO del 18 de febrero busca
honrar la memoria de un funcionario judicial fallecido en dudosas
circunstancias.
Los funcionarios deben poseer
una conducta ejemplar, límpida y cristalina ¿Qué actitud hubiera tomado el
padre de la Patria, el general José De San Martín, ante similares
circunstancias? Aquel que NO desenvainó su espada en el conflicto UNITARIOS-FEDERALES
por ser una lucha entre hermanos. La espada del GRAN GENERAL rugió en combate
sólo para lograr la independencia americana.
La retórica hueca es
peligrosa. Se debate arduamente sobre la colonización de América reivindicando
con justicia la cultura de los pueblos originarios mientras mueren por
desnutrición niños QOM.
En principios de
febrero, un chico Qom de 7 años fallece de HAMBRE. Pesaba menos de 20 Kilos.
Una vergüenza atroz nos sacudió a todos. Argentina produce alimentos para 300
millones de habitantes. Somos en nuestro país 40 millones, ninguna porción de
nutrientes llegó regularmente a este HERMANO muerto por el egoísmo y la
corrupción.
Esperemos que la marcha
del #18F nos ayude a tomar conciencia de nuestros compromisos ciudadanos.
Estoicamente
escucharemos la próxima cadena nacional, entre dudas y esperanzas profundas.
Máximo Luppino
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