“¡DIOS, LASTIMA A MI ENEMIGO!”

viernes, 13 de mayo de 2016

Las primitivas tribus de nuestro planeta, cuando entraban en guerra con otros clanes, pedían a sus dioses que los ayudaran a matar y destruir. Oraban incluso para que, de ser posible, mil maldiciones descendieran sobre los pueblos enemigos. 

Sangrientas luchas se llevaban adelante. Los vencedores solían “bañarse” en la sangre de los desgraciados vencidos. Los sacerdotes de entonces no eran en general mucho más sutiles que sus feligreses, así que accedían gustosos a oscuras ceremonias que guardaban tremendas venganzas para con los contrincantes. 
Si bien mucho ha evolucionado nuestra doliente humanidad aún quedan vestigios de un primitivismo rencoroso y fanático en casi todos los sectores en pugna. Esto lo podemos apreciar en nuestra amada Argentina cuando algunos se “indignaron” y blasfemaron por un simple rosario obsequiado a una dirigente social encarcelada. 
Mayor exasperación se produjo cuando se difundió la noticia de que el Santo Padre FRANCISCO recibiría a Hebe De Bonafini, la misma que en un pasado reciente desató furiosos e infundados conceptos sobre el Jefe del Catolicismo.  
“La FE tiene razones que la razón NO comprende” Vivimos en una sociedad demasiado politizada, al punto tal que politizamos el perdón, el AMOR, la bondad y la misericordia. Falta otorgarle “identidad política” al viento del norte, la ruda macho y al planeta Plutón (por indecente) …
El Papa FRANCISCO es un ícono mundial de humildad y sencillez. Su compromiso con los pobres y desposeídos del mundo lo colocan en el altar dilecto de los corazones de los pueblos sencillos del mundo. 
Los mayores dirigentes mundiales le rinden espontáneo respeto al hombre de DIOS que está revolucionando para bien ciertos falsos dogmas cristianos. FRANCISCO es el que prioriza el PERDÓN y el compromiso con los pecadores y los que menos tienen. 
Que atormentado mundo interior deben poseer algunas personas por molestarse tanto por acciones que otros emprenden. 
Lo peor de todo es que aún un sector de nuestro país parece no comprender la trascendencia universal de nuestro FRANCISCO, e infantilmente pretenden que “castigue” a sus rivales, o no reciba a aquellos que no están enrolados en sus pareceres políticos.  ¡El Santo padre es de TODOS y no le pertenece a ninguno, su figura es universal!
Debemos trasmutar el: “DIOS, lastima a mi enemigo” por el DIOS, AYUDAME A AYUDAR Y QUERER A MIS “enemigos” así como amo a mis seres queridos. 
¡Nuestras oraciones en favor de ese gran argentino, hombre de DIOS, el Papa FRANCISCO!
  
                            Máximo Luppino

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