¡QUIERO VIVIR, MAMÁ!

domingo, 25 de febrero de 2018


¡El primero y fundamental de todos los derechos es el de nacer!
 Los entusiastas defensores de los derechos humanos deberían abrazar con auténtica convicción esta primogénita facultad de vida, la piedra fundacional de la existencia en la tierra. 

“NO al ABORTO” no sólo encarna abrazar principios de humanismo, y un significado trascendente religioso, sino también implica ser la voz de la VIDA de aquellos que aún no pueden hablar por sí mismos. Todas las personas que defienden y sostienen el ejercicio del aborto pueden hacerlo porque a ellos se les permitió nacer. Qué paradoja, aquellos individuos que gozaron de la generosidad y el “orden natural” de disfrutar de la luz del sol, ahora abogan para que a otros seres se les niegue el privilegio que ellos sí obtuvieron. 
DIOS les regaló a las mujeres el DON DE ENGENDRAR vida. Sería demasiado triste que este milagro de vida se convierta en una actividad criminal. Pagaríamos un altísimo precio si en vez de facilitar VIDA nos convirtiéramos en autores de MUERTE.  
Todo hecho de AMOR encierra una cuota de sacrificio y mucha recompensa espiritual. El susurro de la palabra “mamá” por parte de una pequeña criatura vale muchísimo más que cualquier penuria por la cual se tuvo que atravesar. 
El desafío es ser principio de vida y no apóstol de la muerte. La VIDA es maravillosamente buena y digna de ser vivida, incluyendo todos los difíciles momentos por los cuales debemos pasar, cuando el almanaque deja caer los años en el inventario de las experiencias adquiridas. Ahí, los que canas peinamos, redescubrimos el infinito y generoso AMOR de DIOS para con la creación.  ¡Mamá, permite a tu hijo vivir! Tu vivirás en sus sueños y anhelos, no te castigues a morir con la frustración de no reflejar vida en tu propia maravillosa existencia divina. 
Los árboles lanzan al viento amorosamente sus lozanas semillas, las flores nos regalan sus embriagantes perfumes de pura dicha en el cuerpo de sus pimpollos. Los pájaros engendran pichones para que su dulce y celestial trino jamás perezca, tú también, mamá, permítete trascender en un gesto de AMOR al dar vida. 
Respetando TODAS las opiniones trabajaremos en esta gran consigna de vida y amor. No interrumpamos el orden de evolución, sólo viviendo aprendemos a amar y a ser útiles. 
Sumate con tus argumentos y experiencias a la consigna de “SÍ A LA VIDA”.  Nadie se arrepentirá de dar existencia. Sí puede que haya arrepentimiento por abortar un sueño de vida. 
DIOS, dador de toda vida ayuda y sostiene todo propósito. Si tus objetivos son altruistas y solidarios las flores del edén del señor te sonreirán. 
Recordemos que el TU y el VOSOTROS es más poderoso que el egoísta YO. 
Tener un hijo es maravilloso, es un milagro que DIOS nos regala. 

                Máximo Luppino

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