LA VIDA ES AMOR

martes, 10 de abril de 2018


La vida existe por el amor de DIOS al hombre y a toda su infinita creación. Esta verdad la profesan los creyentes de las grandes religiones del mundo. Para nuestros hermanos no seguidores de religión alguna les hablamos de humanismo y orden natural. La muerte jamás fue ni será la “solución” a un inconveniente o conflicto.  

Nos oponemos al aborto de la misma manera que no aceptamos la pena de muerte. La vida es un camino por transitar. El sendero de la evolución no debe bloquearse ni interrumpirse. 
Desde siempre sabemos que “el camino corto” suele ser el más tortuoso, aliado de la comodidad profana y la desidia espiritual nos llena de llagas el corazón, abre las puertas a dolores profundos y a indeseables noches de escabrosos arrepentimientos. En cambio, el asumir responsabilidades de cara al sol de la verdad nos robustece de tal suerte que seremos capaces de remontar cualquier dificultad que se oponga a nuestro luminoso destino. 
Toda vez que hombres y mujeres fueron solidarios y fraternales, su alegría se evidenció. El permanente susurro del ALMA DESPIERTA nos llama a cumplir con el sagrado deber de ayudar y compartir dolores y penurias con nuestros hermanos. Los hijos son una bendición que marca nuestras vidas para siempre. La Santa Madre Teresa de Calcuta vive en todo ejercicio maternal de amor y protección hacia enfermos y desolados, la santidad es inevitable por la aplicación de la bondad.  Ser madre en el cabal sentido espiritual del término nos acerca a DIOS, a la verdad, a los días llenos de fragancias dulces de las flores de la existencia fraternal. 
El sendero de la responsabilidad que parece largo, en realidad es un camino seguro de íntima realización. El esfuerzo siempre garantiza bienestar.
El Papa Francisco nos habla de: “SANTOS HOY” estableciendo las buenas obras como un grato pasaporte a la ineludible santidad de los seres de buena voluntad. Todo es posible si lo anhelamos con soberana sinceridad.  
Permite nacer a tu retoño, jamás te arrepentirás. Permítete ser feliz con el canto maternal a tu bebé, permítete escuchar los designios de la naturaleza que nos contiene y guía. 
Te permitieron NACER. Como mínimo, permite por amorosa analogía el mismo derecho para los que en camino vienen en busca de AMOR. 

             Máximo Luppino

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