CABALLO CRIOLLO

viernes, 31 de julio de 2020



¿Qué puedo decir sobre vos?, ¡gladiador de las pampas, sumiso por devoción, compañero por convicción! La patria se consagró como Nación libre sobre tu lomo sacrificado y generoso. Argentina te debe sus mejores medallas de lealtad y Amor. 

Caballito criollo
, galopaste todos los sueños de la patria. Desde los pueblos a las fronteras, en los carros o en el arado, en la volanta o en la huella. Tu sudor generoso regó de lealtad nuestro sagrado suelo.

Caballito criollo fuerte y constante, “parejito de andar” “al trote, no más”, te asomaste sonriente en las páginas doradas de la Argentina naciente.

Caballito criollo, primer juguete de nuestros gurises, que en tu lomo fornido mamaron los primeros cuentos, las tempranas historias, el asombro por los consejos camperos llenos de leyendas.

Caballito criollo, la Pampa no es Pampa sin tu andar certero o tu relincho soberano. El paisanaje en rueda de mate, junto al fuego, despunta una tras otra sus historias de coraje y soledad, de bravura y amistad, de cantos profundos o de silbidos solitarios en caminos polvorientos o en medio de verdes pastizales rebeldes. 

Caballito criollo, tu recado, el palenque, las herraduras chuecas, el freno y los lazos, las jineteadas, las fiestas domingueras, el corral y la yerra, los días de jornadas largas, de trabajo interminable, todos los momentos, todos los días en la huella, cinchando sin parar. 

Caballito criollo, te veo en la sombra de los eucaliptos, o rascándote el cuello en la tranquera, también corcoveando en el potrero, o bajo la lluvia tirando patadas al viento.

Caballito criollo, si la noche llega para vos, será una noche llena de estrellas gloriosas. Si el invierno se asoma para vos, será un invierno templado por las nostalgias y los juegos de los niños.

Caballito criollo, siempre camino hacia al potrero, y te busco insistente y esperanzado, y cuando te veo atento y dispuesto mi corazón se alegra retozando junto con vos.

Caballito criollo, el que nunca se jubiló, el que nunca se mancó, el que firme en la adversidad peleó sin tregua para seguir en la senda.

Caballito criollo, alazán, tobiano, lobuno, pintado o bayo, tordillo y zaino…
¡Todos guapos! ¡Todos valientes sin parangón!... Todos hermanos del paisano. Todos centauros de las Pampas Argentinas. Todos centinelas invencibles de las nobles traiciones camperas.   
           
El cielo de los paisanos no sería paraíso de felicidad celestial sin tu galope juvenil, sin tu aroma a pastizales verdes, sin tu alegría de galopar los sueños criollos que supiste forjar. 

Caballito Criollo, te voy a estar debiendo la última oración. ¡Es esa que jamás vamos a escribir! Son esas palabras que por importantes, son íntimas. Son las palabras que se escriben con el corazón en los vientos del destino. ¡Son esos sentimientos que, sin hablar, son en fin la vida gloriosa en un galope divino. Es tu relincho inmortal, que llega a los oídos del GRAN TATA MISMO…

     Máximo Luppino

0 comentarios: