“¿Quieren hacer estas leyes? Adelante con estas leyes”, ejemplificó. Tampoco se debe ir para atrás, advirtió: “En este momento de la historia de la Iglesia, no podemos ni retroceder ni salirnos del camino”
Crédito foto: AFP
En la habitual audiencia pública de los miércoles, el Papa habló de lo que significa ser pueblo de Dios. “Dios no es propiedad de ningún Pueblo; más bien es Él quien nos llama a todos”.
Sin embargo su mensaje más significativo de hoy lo había dicho más temprano, en la misa matinal que oficia todos los días en Santa Marta. Esta vez, citó las palabras de Jesús: “No piensen que he venido para abolir a las leyes”. Esta frase, recordó Francisco, la dijo el Señor después de las Bienaventuranzas, “expresión de las nuevas leyes”, más exigentes que las de Moisés.
“Jesús es la expresión de la madurez de las leyes, dijo el Papa. La hora del cumplimiento de las leyes, la hora en la cual las leyes llegan a su madurez: es la ley del Espíritu. Avanzar por este camino es un poco riesgoso, pero es el único camino de la madurez. (…) Las leyes del Espíritu nos hacen libres. Esta libertad nos da un poco de temor, porque tenemos miedo de confundir la libertad del Espíritu con otra libertad humana”, dijo Francisco.
Este miedo, agregó, “tiene dos tentaciones”. La primera es la de “retroceder”, es “la tentación del miedo a la libertad, el miedo al Espíritu Santo”. Un miedo para el cual “es mejor ir por lo seguro”.
“La tentación de retroceder, porque estamos más seguros adentro, explicó: pero la seguridad plena está en el Espíritu Santo que te lleva hacia adelante, que te da esta confianza, como dice Pablo, esta confianza en el Espíritu, que es más exigente, porque Jesús nos dice: ‘En verdad os digo: antes pasarán el cielo y la tierra que pase una sola iota de la ley”. ¡Es más exigente! Pero no nos da la seguridad humana. No podemos controlar al Espíritu Santo: ¡ése es el problema! Esta es una tentación”.
Y luego, siguió diciendo Francisco, está la otra tentación, la del “progresismo adolescente”, que nos hace “salir del camino”. Ver una cultura y no ser capaces de “mantener la distancia” de ella. “Tomar un poco de acá, un poco de allá, de los valores de esta cultura. ¿Quieren hacer estas leyes? Adelante con estas leyes. ¿Quieren avanzar con esto? Ensanchemos un poco el camino. Al final, como digo, no es un verdadero progresismo, es un progresismo adolescente: como los adolescentes que quieren tener todo con entusiasmo y al final resbalan… como cuando hay hielo en el camino y el auto derrapa… ¡Es la otra tentación del momento!”.
El camino a seguir, dijo el Papa, “es el de la libertad en el Espíritu Santo, que nos hace libres, en el discernimiento continuo de la voluntad de Dios para avanzar en este camino, sin retroceder y sin salirnos del camino”. Pidamos al Señor “la gracia que nos da el Espíritu Santo para ir hacia adelante”.
Y concluyó: “Nosotros, en este momento de la historia de la Iglesia, no podemos retroceder, ni salirnos del camino”.
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