MALVINAS, SIEMPRE ARGENTINAS ¡VOLVEREMOS!

viernes, 1 de abril de 2016


Argentina tiene héroes. Muchos quedaron sepultados en la fría turba malvinense, esperando, custodiando, recordándonos que hay corazones ARGENTINOS generosos y patrióticos que dieron sus vidas por los ideales de libertad y soberanía de nuestra nación. Otros están en el océano azul, buceando con la FE que DIOS les dio para cumplir con su deber. Estuvieron los que encontraron la gloria volando en misión de combate, tuteándose con la inmensidad del cielo rumbo a quedar eternizados en el muro cristalino de los HEROES DE LA PATRIA.


Muchos hermanos combatientes volvieron a caminar nuestras calles que fueron ingratas con su entrega y valentía. Sus ALMAS quedaron en Malvinas. Un soldado no descansa hasta cumplir su misión, y nuestros hombres pelearon y murieron por ARGENTINA. Hoy en los mástiles de nuestras islas está la bandera del usurpador, del pirata de la historia, de los ingleses. Soñamos con el día que nuestra bandera ARGENTINA reine por siempre en nuestras islas tan amadas por tantas generaciones de patriotas, ése día seguro llegará.

Deseamos recordar a un HEROE de Malvinas y dar las GRACIAS a TODOS nuestros soldados.



“¡No sé rendirme; después de muerto hablamos!” … Esta frase contundente de Cisnero, la cual honró con gloriosa y patriótica determinación, es una definición en si misma de la entereza de carácter del sargento. Una sociedad que no sabe honrar a sus héroes está a la deriva. Una nación que no sigue los designios de sus mejores hombres está confundida y, de seguro, inmersa en una gran crisis ética. El combatiente Cisnero poseía bien clara su tabla de valores. La patria es tan amada por ÉL como su propia familia carnal.

Mario Antonio Cisnero, nace el 11 de mayo de 1956 en la provincia de Catamarca. Apenas estalla el conflicto bélico con el usurpador británico en el año 1982. Dona el 50% de su sueldo al “fondo patriótico”. Desde ese mismo momento, solicita destino en el frente de batalla. Luego de apasionadas insistencias, se le conceden sus deseos. Así parte el infante Cisnero, el hombre de la compañía de comandos al seno mismo de nuestras queridas islas Malvinas. Cuando parte de la provincia de la Pampa hacia el teatro de operaciones del atlántico sur dispara una rotunda y drástica sentencia a sus seres queridos: “¡No me entrego prisionero, ganamos o no vuelvo!”…

La bandera argentina impresa en su uniforme militar representa los ideales patrióticos que “el perro” Cisnero guardaba en su límpida alma. La vida de Mario Antonio, “el perro”, Cisnero es una historia tan grande y sublime que las palabras deben respetar la adoración de un redentor silencio. Dejamos algunos de sus conceptos vertidos en su última carta: “Concédeme, oh rey de las victorias, el perdón de la soberbia. He querido ser el soldado más valiente de mi ejército y el argentino más amante de mi Patria. Perdóname este orgullo, Señor.”



¡Silencio respetuoso y profundo!



Gracias hermanos combatientes, las Malvinas son por siempre ARGENTINAS. Honor y gloria a nuestros combatientes, ¡¡¡no los olvidamos!!!



¡¡¡Viva la Patria!!!



   Máximo Luppino

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