Desde que el hombre pisó el planeta con sus primeros, temblorosos y dubitativos pasos hasta la vertiginosa y audaz realidad actual de buscar otras formas de vida en el cosmos mismo, existió una puja de intereses entre el hombre y el capital.
Claro está que en el dorado mundo de la retórica “todos” esbozan con claridad que el hombre, la humanidad es la indiscutida prioridad fundamental. Pero en términos prácticos, la avaricia de la mano de la ambición desmedida invirtió los valores. Las tribus más belicosas sometían a otras para su propio provecho. Hoy, de la mano de los misiles, las potencias mundiales usurpan, invaden y matan por petróleo, tierras, oro y otras “ganancias” ¿Pronto lo harán para obtener AGUA POTABLE?
“La explotación del hombre por el hombre” es el escenario que la humanidad debe trascender para poder llamarnos con auténtica dignidad seres humanos, hijos de DIOS y hermanos en verdad de nuestros semejantes.
El joven gobierno de Mauricio Macri parece más enamorado de los gélidos conceptos bursátiles y de mercado que del HOMBRE de a pie, el trabajador y empleado que lucha para mantener dignamente a su familia.
Detrás de conceptos como “sincerar la economía” o “modernizar el estado” se está procediendo a una expulsión del mundo laboral a cientos de miles de mujeres y hombres que son el sustento de sus familias. Ya superan los 150.000 despidos entre públicos y privados, al que habría que sumarles el de los trabajadores informales no registrados que dependen del dinero que mueven en la calle los asalariados.
“La única VERDAD es la REALIDAD” diría el inigualable general tres veces presidente de la Nación. Ésta realidad nos indica que para Macri hoy son más importante las multinacionales que el bienestar del pueblo. Al eliminar las retenciones de exportación del ORO a las mineras extranjeras a la vez que aumenta las tarifas básicas en el orden del 300 al 500 %, prácticamente impagables para los empleados y jubilados, muestra Mauricio un desprecio por el hombre y regala un valor casi divino a los mercados esclavistas y usureros. Es claro que para el Pro-Cambiemos el apátrida mercado está por sobre el corazón doliente del hombre.
Pero somos personas de FE y amplio optimismo que SÍ creemos en nuestros semejantes. Por esto decimos: “¡Cambiemos” tiene que cambiar!” … por el bien de la Nación Argentina y de su bondadoso pueblo. Argentina es grande y maravillosa no sólo por las bellezas naturales que el creador nos regaló. Argentina es fabulosa por el ALMA floreciente de su gente. Mujeres y hombres que desean trabajar y brindar mejores horizontes a sus hijos.
Por favor señor presidente, cuide a su pueblo, bríndele oportunidad de trabajar y ser feliz. El “mercado” que protege es un monstruo que pretende devorar a la Nación toda con su gobierno incluido en ese apetito capitalista, caníbal e insaciable.
“Para un ARGENTINO no hay nada mejor que otro argentino”
¡Para un trabajador no hay nada mejor que el trabajo y un sueldo digno de su esfuerzo!...
Máximo Luppino
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