URNAS OSCILANTES ENTRE ESPERANZAS Y DUDAS

domingo, 27 de enero de 2019


En la historia de los pueblos la democracia es una imperfecta bendición, la cual hay que cuidar y cultivar en el transcurrir del evolucionante tiempo. Soñamos con verla ataviada de mayor participación popular y ajustada al genuino anhelo de progreso de la gente.   Cada acto eleccionario encierra un torrente emocionante de expectativas positivas, sueños de hombres y mujeres que desean ver galvanizarse de realidad sus mejores anhelos.  

También las dudas se hacen presentes en el ánimo popular, sólo los singulares “esclarecidos” o los talibanes recubiertos de fanatismo son los que se encuentran “super seguros” de su decisión electoral. Aquella interesante “Jactancia de los intelectuales”, la duda, visita asiduamente el sentir de los sufragantes que son conscientes de que con su voto marcarán el rumbo de la Nación, con la satisfacción o el dolor que puede significar equivocarse en este más que delicado ejercicio electivo. 
Algunos politólogos piensan que tanto Macri como Cristina son variantes de un pasado que convendría superar. Ambos mantienen viva la llama de las antinomias, recelos, rencores y viejas juramentadas revanchas se encuentran vigentes en ambos espacios políticos. Mauricio es Cambiemos, Cristina es Unión Ciudadana (ex Frente para la Victoria), tanto uno como otro parecerían estar profundamente enemistados con el Peronismo histórico y doctrinario. ¿Alguien ocupará este singular sitio popular por excelencia?  ¿O el movimiento del General Perón será reducido a una vulgar marioneta, furgón de cola de políticos de cotillón, soberanos estadistas de su propio ilimitado y monstruoso EGO? ¿Massa u otro dirigente se animará a saltar la barrera mediática de los “políticos correctos” para abrazar las populosas demandas de los humildes y la golpeada clase media castigada con vehemencia por Mauricio? ¡Veremos! ¡Veremos!...
Para peor de males, el injurioso FMI se entrevera insolentemente en la lucha fangosa de nuestra criolla problemática electoral, mostrando sus inocultables preferencias, dándole un matiz no deseado a las próximas elecciones. 
Venezuela con su interminable crisis es una sombra que preocupa a una buena parte de nuestros electores, nadie desea en Argentina un conflicto similar. El peor equívoco de Hugo Chávez se llama Nicolás Maduro, un probado torpe, políticamente hablando, que dilapidó una histórica oportunidad de surgimiento para el vecino bolivariano país.  Para el “dolor de cabeza” que Maduro es en nuestro continente, el “doctor” Donald Trump propone la afilada guillotina de una intervención militar, gravísimo traspié de producirse este disparate humanitario. Las ansias de sangre de Trump son sólo comparables con la apetitosa voracidad del Conde Drácula. 
El almanaque electoral se insinúa con la propia rigidez de las fechas legales preestablecidas. Y las dudas junto a las esperanzas de un futuro mejor para nuestro argento país transitan tomadas de la mano, cual dos hermanos que tomarán pronto distintos caminos. ¿Quién representa el venturoso futuro? ¿Dónde se encuentra esa maravillosa puerta dorada que nos conduzca al crecimiento de la Nación? Hoy son más dudas que certezas. 
Al menos en la provincia de Buenos Aires el justicialismo exhibe un borrador que posee algunas voluntades empeñadas en que funcione. El acuerdo nos habla del Intendente de Lomas, Martín Insaurralde, como candidato a gobernador y a Máximo Kirchner como cabeza de lista para diputado nacional. Es un acuerdo donde cierra filas el Kirchnerismo con el peronismo.
En la mesa de dibujo el esquema ya se desliza, ahora la cruda realidad posee la última palabra. En tanto, las urnas están siendo sacudidas por la inquietante oscuridad de las dudas y los frescos vientos de cristalinas esperanzas. 

             Máximo Luppino

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