MACRI, UN POPULISTA A DESTIEMPO

domingo, 18 de agosto de 2019


Nicolás Dujovne abandonó el barco. Fiel al FMI, su renuncia es tan ingrata hacia Macri como su ausente vocación de servicio hacia los habitantes de nuestra patria. Nicolás protagonizó una autentica gestión para el olvido. 

Si bien el exitismo es sumamente reprochable, no podemos pasar por alto las consecuencias políticas de las PASO del último 11 de agosto pasado. El rotundo triunfo de la formula Fernández- Fernández sobre la de Macri-Pichetto fue de tal magnitud que colocó a Mauricio en un estado de furia y desconcierto. Al punto tal que su legítimo deseo de triunfar en las elecciones generales de octubre lo conduce a tomar un manojo de medidas que él denominaría “populista” y circunstanciales. 
El conjunto de medidas es de coyuntura y electoralista y no de fondo, toda vez que duran por un plazo de 90 días, o sea hasta que finalice la elección de octubre. En el plazo de duración de las nuevas normas económicas denuncia su verdadera intencionalidad, esto es el intento de recuperar votos para su reelección. Ciertamente no es una causa noble la de Mauricio, por lo menos es ambición personal. La gente una vez más es olvidada por Macri. Estos recurrentes olvidos del compatriota quizás sean la causa verdadera de su revés electoral. Por lo general tienen buen puerto aquellas acciones motivadas por la luminosa vocación y convicción. Sucede lo contrario con las motivaciones especulativas, son flores marchitas antes de nacer. 
Otro generoso servicio le presta María E. Vidal a Macri: le cede a su ministro Hernán Lacunza, el hombre que ocupará el lugar de Dujovne en Nación. ¿Qué más le puede pedir Mauricio a Vidal? Creemos que el presidente jamás asimiló la mejor aceptación popular que María Eugenia ostenta. 
Octubre está demasiado cerca para que Macri muestre una cara política que no le es propia, la de cercano a las necesidades de la gente. A la vez, para el pueblo y sus penurias, octubre es lejano como toda una década. 
“No se puede servir a dos patrones”- reza la máxima del sagrado libro. Traducido a los tiempos políticos que corren: se es patriota y fiel a nuestra gente o a los intereses imperialistas del FMI. Nicolás Dujovne realizó su elección, su corazón y voluntad le pertenecen al organismo internacional de crédito, al brazo de extorsión financiero de las potencias reinantes. Basta recordar que las fortunas de los ministros y la mayoría de los altos funcionarios de Cambiemos se encuentran depositadas en el exterior en dólares, claro conflicto de intereses. 
Si el actual momento político del presidente es como el de estar inmerso en una ciénaga de oscuro lodazal, lo recomendable es no moverse en demasía e infructuosamente, pensar con grandeza de espíritu antes de actuar. Mauricio es, más que candidato, nuestro presidente en ejercicio y la patria le reclama que cumpla a conciencia su rol. La adversidad templa el espíritu. Tanto Radicales como Peronistas atravesaron el amargo desierto de muchos infortunios y las dos populares fuerzas supieron resistir y emerger de las dificultades. ¿Podrá Cambiemos resistir? Mientras algunos dentro las huestes amarillas intentan dar batalla, otros están esquiando de vacaciones como lo denunció la misma Elisa Carrió. La acción política se nutre de la mística de sus militantes, los que en verdad aman las banderas de los ideales de sus partidos. 
El fenómeno Peronista tiene su fundamento en que es un movimiento cultural con valores universales de humanismo y hermandad. Ser justicialista en verdad es abrazar una ética de justicia social y fraternidad con los desvalidos. Aquí reside la FUERZA peronista y su fundamento de vigencia permanente en su gente.
¿Podrá el PRO demostrar que es algo más que un brazo interesado de los monopolios extranjeros? 
El tiempo y sólo la superación aguerrida de los escoyos muestra el temple de los individuos. Macri debería replantearse sus prioridades, la única forma de ser un buen candidato para él es exhibir que es un buen gobernante para la gente. ¿Podrá Mauricio mostrar que piensa en el pueblo?

             Máximo Luppino

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